Etapa larga, de 22,3 Km., que enlaza con un suave recorrido los núcleos
de Enciso y Cornago, a través de las aldeas de El Villar, Poyales,
Navalsaz, Ambasaguas y Valdeperillo. Hay que destacar en esta etapa
la aparición a lo largo del sendero de numerosas huellas de animales
prehistóricos, “icnitas”, correspondientes a la época cretácica. También
es frecuente en la zona encontrar “piritas”, sobre todo en las proximidades
de Ambasaguas y Valdeperillo. El paisaje de la etapa está, en su
mayor parte, deforestado y erosionado, y en la actualidad lo ocupan
bancales de antiguas fincas de cultivo. La única masa arbolada que el
sendero atraviesa corresponde al carrascal de Vallaroso, aunque en
las proximidades de Ambasaguas puede encontrarse un pequeño bosquete
de quejigos y carrascas.
El hundimiento socioeconómico de la zona en la década de los años
60 obligó al abandono de numerosos pueblos, caso de las aldeas que
atraviesa el sendero, algunas de ellas restauradas con posterioridad
como lugares de segunda residencia por los antiguos hijos del pueblo.
Cornago, situado en la vega del río Linares, posee un importante castillo
medieval bajo el cual se agrupa todo el casco urbano, formando
un notable conjunto urbanístico, aunque el mayor interés del pueblo
se encuentra en el paseo por sus apretadas calles y en el trato amable
de sus gentes.