El jardín flotante del Atlántico, como se conoce popularmente a Madeira, es una bonita isla emplazada en medio del océano, a medio camino entre las Azores y las Canarias. Posee un clima muy especial, con temperaturas templadas durante todo el año, y un régimen de lluvias es muy diferente entre la vertiente norte y sur de la isla. Este hecho propició la titánica obra de ingeniería emprendida desde el siglo XVI hasta inicios del XX, cuando se ideó una red de acequias (levadas) para llevar el agua a cada rincón de la isla. Durante este viaje aprovecharemos algunos de los caminos que circulan por estas levadas, para recorrer lugares tan conocidos como la Levada do Rei, el Puerto de Encumeada, el Caldeirao Verde, Curral das Freiras, el altiplano de Paul da Serra o la Rivera da Janela.
También caminaremos por las montañas del sistema central, las máximas alturas de la isla, en los picos Ruivo y Aireiro, y por la Punta de Sao Lourenço, península situada en el extremo oriental de la isla, y que posee unos acantilados de una espectacular paleta de colores diferentes.