Coste de la salida: 65 € este precio incluye Autobús+Alojamiento+Cena+Desayuno.

Las inscripciones se pondrán en marcha el 23 de abril.

El horario de salida sera a las 07:00 de la Bixera.

Paradas:

Hondarribia: 6:45
Cruz Roja: 6:50
Bixera: 07:00
Ventas: 7:05

El finalizar la primera Etapa nos dirigiremos al albergue de Munilla donde pasaremos la noche.

Sábado 25 San Román de Cameros-Munilla.

Etapa de 20 Km. en la que el sendero se adentra en la montaña mediterránea
a través de un paisaje deforestado y yermo entre los ríos Leza
y Manzanares, afl uente este último del río Cidacos.

Entre San Román y la divisoria de aguas se remonta primero el río Leza
para luego hacerlo por el río Vadillos y su afl uente el barranco de la Dehesa.
Este es un barranco angosto con laderas pronunciadas cubiertas
de aulagas y estepas.

Torremuña, con su enorme iglesia en lo alto, es un pueblo abandonado
que formó municipio junto a Larriba. Hoy ambos están integrados en
el de Ajamil.

En la cabecera del barranco los matorrales dejan paso a un precioso
bosque de hayas, robles y arces, la Dehesa de Torremuña. Se franquea
la divisoria de aguas Leza-Cidacos en el collado de la Dehesa, con buenas
vistas sobre esta despoblada región, y que sirve de nexo entre las
Sierras del Camero Viejo y de La Hez.

En el valle del Manzanares las plantaciones de pinos han sustituido a pastos
y matorrales, dominados por el Hayedo de Santiago en su cabecera.
Munilla fue un importante núcleo industrial dedicado a la elaboración
de paños y calzados. El edificio del casino, nos sugiere el bullicio que
llenó sus calles.

Una quesería local elabora el tradicional queso de cabra.

Domingo 26 Enciso-Cornago

Etapa larga, de 22,3 Km., que enlaza con un suave recorrido los núcleos
de Enciso y Cornago, a través de las aldeas de El Villar, Poyales,
Navalsaz, Ambasaguas y Valdeperillo. Hay que destacar en esta etapa
la aparición a lo largo del sendero de numerosas huellas de animales
prehistóricos, “icnitas”, correspondientes a la época cretácica. También
es frecuente en la zona encontrar “piritas”, sobre todo en las proximidades
de Ambasaguas y Valdeperillo. El paisaje de la etapa está, en su
mayor parte, deforestado y erosionado, y en la actualidad lo ocupan
bancales de antiguas fincas de cultivo. La única masa arbolada que el
sendero atraviesa corresponde al carrascal de Vallaroso, aunque en
las proximidades de Ambasaguas puede encontrarse un pequeño bosquete
de quejigos y carrascas.

El hundimiento socioeconómico de la zona en la década de los años
60 obligó al abandono de numerosos pueblos, caso de las aldeas que
atraviesa el sendero, algunas de ellas restauradas con posterioridad
como lugares de segunda residencia por los antiguos hijos del pueblo.
Cornago, situado en la vega del río Linares, posee un importante castillo
medieval bajo el cual se agrupa todo el casco urbano, formando
un notable conjunto urbanístico, aunque el mayor interés del pueblo
se encuentra en el paseo por sus apretadas calles y en el trato amable
de sus gentes.